martes, 24 de mayo de 2011

Errores 8.0

La ventana se abre hoy y asomándome a ella, echo la vista hacia un pasado para intentar comprender  lo que se podría haber evitado si en un momento de nuestras vidas hubiésemos tomado una decisión u otra en el momento de decidir, qué hacer, qué camino tomar, que palabra decir………………………

Son tantos los errores que hemos cometido en nuestra vida, que en la inmensidad de nuestra soledad nos martirizamos y flagelamos sobre unas heridas ya cerradas pero no cicatrizadas, somos los únicos culpables de nuestros actos, no le echamos la culpa a nadie, pero como siempre tenemos que buscar culpables. Culpables o no culpables de algo que directamente nos afecta, buscamos dentro de esa culpabilidad nuestro propio auto perdón, buscamos de que manera poder expiar nuestra culpa y sentirnos bien con nosotros mismos. Somos así.

Aquella relación rota, aquella acción no echa, aquel perdón no pedido, tantas y tantas acciones que si hubiésemos tomado la decisión adecuada o distinta en cada caso, nuestras vidas serian distintas. Pero se tomaron y no fue nadie más que nosotros mismos los que hicimos posibles sus consecuencias.

-El peor aliado que me he buscado, yo mismo.
-El mejor hombro sobre el que llorar mis errores, yo mismo.
-El mayor enemigo que tengo, soy yo mismo.

Pero siempre tenemos que aprender y si podemos pararnos, sentarnos, pensar en ello, es que estamos vivos y queremos enmendar de alguna manera ese pasado para que en un futuro no tengamos que volver arrepentirnos, el pasado queda atrás y al futuro lo único que le sumamos es la sabiduría que vamos adquiriendo y que hemos adquirido a través de años y años de fallos.

La vida es como una guerra, una guerra que combatimos contra nosotros mismos, heridas que se cierran, barricadas superadas, batallas ganadas…….
Para que en un futuro echemos la vista atrás y estemos orgullosos de nosotros mismos y de la gente a la que le hemos transmitido nuestras experiencias y no caigan otra vez en lo mismo.
La ventana arroja luz, la ventana sigue abierta para que todo el que pase se asome y eche un ojo a ver lo que se esconde dentro.