viernes, 30 de marzo de 2012

Años


Un pensamiento invade como todas las mañanas mi despertar, hace tiempo que me asomo a la ventana a divagar, pensar, opinar o simplemente a escribir sobre eso que diariamente y desde hace tiempo ronda mi cabeza.

Recuerdo con una sonrisa dibujada en mi rostro cuando hace 25 años más o menos queríamos cumplir años muy rápido y de hecho siempre aumentábamos nuestra edad con diferentes fines, los cuales de todos son conocidos, y nos sentíamos bien con nosotros mismos haciéndonos pasar por adultos cuando apenas éramos unos imberbes adolescentes. Años después, la vida nos hace darle la vuelta a la tortilla y ya no es que nos asusten los cumpleaños si no que aun encima nos quitamos años o escondemos de forma reiterativa nuestra edad real.

Es por eso por lo que esa duda, pensamiento, divagación (….) me invade todos los días y me digo todos los días. –“Me hago mayor”. Y siendo honesto conmigo mismo me asalta un miedo pavoroso a cumplir años, a que pasen los meses, a que pasen los días. Pero el reloj biológico no para.

Sentándome en la ventana y cerrando los ojos dejo volar mi mente a tiempos pasados, tiempos en los que me veo a mi mismo como veo a mis hijos en el parque, jugando, saltando, riendo, sin preocuparme por nada como ellos hacen; intento poner todos esos recuerdos en un panel e ir recortando y metiendo en mi cabeza los mejores y los más agradables y así haciendo un collage de recuerdos que me hagan viajar por todas las etapas, mi niñez, mi juventud, mis aventuras, mi vida en definitiva. Esa vida que a lo mejor viví de una manera muy intensa, de una manera muy loca, o de una manera muy desorganizada. La ventana deja entrar esos recuerdos que también atormentan y desordenan el collage que estaba preparando.
Creo que va siendo hora de empezar a redimirse de todo lo malo que se hizo y así poder asumir con orgullo el paso del tiempo y alcanzar una madurez plena.

¿Cuál es la formula? ¿De qué manera se puede hacer? Infinitas son las preguntas y pocas las respuestas, esas respuestas las tenemos que buscar mirando y analizando toda una vida, porque al final lo único bueno que tiene ir haciéndose mayor es que vas cogiendo conciencia de todo lo que sucede, a uno mismo y alrededor de uno mismo, pero sigo teniendo miedo a cumplir años.

El pueblo le suele llamar a esto “La crisis de los 40” yo le llamaría “Los deberes sin hacer”, porque en su momento me salte una clase, una lección, un comentario que hoy estoy esperando a que me cuenten ellos, por que serán ellos (mis hijos) los que me den una lección de vida, una lección de ilusión, de esperanza….

Y un día le contare (Dios mediante) a mis nietos que celebro mi segundo 40 cumpleaños sin miedos y ya mayor de verdad.

lunes, 26 de marzo de 2012

Epitafio

La ventana se abrió aquel día, los minutos, las horas, los días los pasaba mirando sus recuerdos, sus pedazos de corazón resumidos en viles pergaminos con una imagen dibujada, una ilusión difusa.
La mirada se perdía a lo lejos y siempre pensando en Ella.

-Fue ella.
-Ella, que escondida tras la cortina lo observaba.
-Ella, que escondida tras la dulzura escapaba de sus agrios pecados.
-Ella, que aprendió a gritos lo que otros aprendieron en silencio.

La ventana era aquel día testigo mudo e inerte de la desilusión y la amargura que existía en su ser. Siempre quiso ser la persona que la entornase todas las noches, quiso ser pregonero de aquella batalla conquistada si haber empezado ninguna lucha, de aquella guerra ganada sin haber rendición, de aquel duelo de corazones batiéndose, no en retirada si no en avanzada, uno hacia el otro.
Pero aquel avance lento, suave, acorde a lo que vivían y sentían, término de una manera cruel un avance que terminó con la destrucción  de los dos corazones y sus almas se convirtieron en fantasmas que vagaran eternamente por los castillos de la desilusión, arrastrando pesadas cadenas y yugos que aprietan, fué la distopía que ellos forjaron.

-Ellos se amaron
-Ellos se quisieron.
-Pero Ellos jamás se conocieron.

En su momento la ventana fue el espejo donde se reflejaban sentimientos que él escribía y sentía pero que otros le dictaban, desde hace siglos esos sentimientos los escribía con sangre que goteaba de un corazón herido por el oxidado filo de la tristeza y de tinta negra que escribía con pena.

Aquel día escribió su epitafio, siempre pensando en ella:

“Gracias a aquella alma que a mi ventana llamo, anhelo que un día entre y se quede para siempre…………………….”

Más él sabía que ya era tarde…….

martes, 13 de marzo de 2012

La ventana

La luz entró por aquella ventana que no es la que habitualmente dejaba entrar los rayos de sol, pero es como si fuese la suya. La ventana se abrió hoy tras un largo paréntesis pare asomarse a ella y hablar apoyado en el  alfeizar con ella.

Hace ya un tiempo que ella la rondaba, pero aquel día en el que sus manos recogieron pequeños guijarros del suelo y suavemente los arrojo contra su cristal, volvió a despertar en él un tierno recuerdo que parecía estar presente en cada momento, en cada sentimiento, en cada susurro.

Tenía la sensación de que cada vez que la veía, cada vez que la miraba, cada vez que se rozaba con ella, era como la primera vez, cuando sus cuerpos se fundieron en un cálido abrazo, mezcla de miedo y de pasión, de amor y de recelo.

Cada minuto que pasaban juntos, querían eternizarlo en sus pensamientos, cada minuto que pasaban separados querían acortarlo en el tiempo, pero tiempo es del que disponían para aprender cada vez un poco más, para hablar de ella, de él, de ellos.

Dos extraños que un día cualquiera de un momento cualquiera cruzaron sus destinos y se embarcaron en el mismo barco con rumbo aparentemente desconocido pero con el mismo final de travesía, un final que terminara el día que sus vidas llamen a las puertas del fin y cual épico final sus envejecidos cuerpos reposen en una eterno sueño y sus jóvenes almas emprendan de nuevo un viaje hacia mundos por descubrir.

Sobran las palabras, pero no los sentimientos, sentimientos y sensaciones que recorren el cuerpo en los momentos que los labios de ella se apoyan en los de él, para que con cálida dulzura se digan lo que no pueden expresar las palabras, palabras que las lleva el viento pero que no muy lejos vuelan, ya que se quedan flotando a su alrededor para poder cogerlas y volver a utilizarlas al libre albedrio. Sean estas palabras que flotan y estas letras impresas con sangre de un corazón que derrama lágrimas de felicidad cada vez que se tienen uno al lado del otro, las que digan una y otra vez lo que ella era para él.

La ventana desde aquel día no se ha cerrado jamás. La ventana desde aquel día no se cerrara nunca, pues es esa  ventana cómplice de sus aventuras y desventuras de alcoba, participe de ese amor, espía de sus sueños está abierta en aquel pequeño campo santo debajo del roble milenario en el que se juraron amor eterno.

Momentos de tranquilidad embargan sus almas, momentos de apacible calma recorren sus cuerpos. El sol sigue entrando por la ventana…………….


sábado, 10 de marzo de 2012

Lagrimas

Se acerco  con lágrimas en los ojos, lágrimas que brotaban desde lo más hondo de su alma, lágrimas de agua cristalina que resbalan por las mejillas de una persona que vivía sin vivir, lágrimas que reflejaban la pena y la tristeza de su alma, alma que decía:

-“¿Por qué?”.

Ante ella presento los pedazos de su corazón en las manos, pedazos que
ellos mismos se unen y se presentan con toda la humildad y el amor que había en él.

Se sentía triste, abatido y decepcionado por no ser un príncipe valiente que sin coraje ni garra, supo decirle a tiempo que lo único que quería era a ella, sin condiciones.
Pero el príncipe abatido por la flecha envenenada de un “pecado” con enorme coraje, su mano en el pecho puso, inco la rodilla en suelo y con humildad pidió perdón y se inclino ante su princesa.

Recordaba la noche que en aquel bosque encantado, sus ojos se cruzaron con los de ella, alrededor el silencio imperaba, los reflejos del sol en sus pupilas dilatadas y la sangre fluyendo a borbotones de aquellos corazones.

Simplemente eran ellos dos, los silencios  hacían que sus labios ni siquiera pudiesen titubear. Aquellos labios querían intercambiar muchas palabras pero sus corazones solo sentían pasión.

Cual faro que alumbra al mundo por encima de la tempestad, esa misma tempestad es la que aturde por dentro aquel hombre que con su rodilla incada en el suelo  seguía pensando en ella.

El hombre es necio por naturaleza, pero el corazón es sincero porque dicta sentimientos que no conocen barreras. Dicen que el amor es ciego, pero él lo veía, lo sentía, lo notaba todos los días, ese amor hacia su princesa.

Ese  amor que le hizo alzar la cabeza y  gritar a los vientos:

-No soy de reglas, TE AMO MAS QUE A DIOS y eso si que es “pecado”.

Triste y con los ojos rojos y ensangrentados de lágrimas de rabia deposito sobre la tumba, la bella rosa que en aquel bosque cogió el día que sus destinos se cruzaron y que ahora apretaba con fuerza contra su pecho despidiéndose para siempre.

Ella fue su regalo, pero ya no tiene sus sonrisas en las mañanas, sus caricias por el día ni su cuerpo por la noche.

Ahora todo es frio.

domingo, 4 de marzo de 2012

El despertar....

Santiago corría calle abajo detrás de su hermanita, con una sonrisa en la cara y gritando le decía que fuese mas despacio que se podía caer, hoy es especial para ellos, sus primos vienen de visita y para ellos eran momentos de felicidad pues todos juntos van a disfrutar de un maravilloso día en la pequeña casita en el campo.

Tu yo agarrados de la mano, seguimos sus pequeños pasos con infinita dulzura. El fruto de nuestro amor revoloteaba cual mariposas alrededor de las flores y nos hacia felices.

En nuestro caminar pasamos por delante de la pequeña capilla del pueblo en donde nos casamos aquel día de invierno y gratos recuerdos retornaron a nuestras cabezas.

-¿Recuerdas cuando me pediste que nos casáramos?

-Como lo voy olvidar!!! En aquella mesa  de restaurante rodeado de una sencilla comida, con todo mi amor y una anilla de lata de refresco te pedí matrimonio.

-Que bonitos momentos tenemos alrededor de aquella mesa. (Sonrisas)

Tu sonrisa volvió aflorar como la primera vez y mientras los niños seguían persiguiéndose el uno al otro y mirando con miradas furtivas hacia el lugar donde sentados los observábamos.

Nosotros, sus padres que con un inmenso amor y no pocas dificultades habíamos dejado tiempo atrás la gran ciudad para vivir nuestro sueño de poder vivir en una casita en el campo y poder criar a nuestra pequeña prole en un sitio lejos de la sociedad contaminada en la que todo lo que rodeaba a todo, era falso.

Tu mirada de nuevo se clavo en mi y de tu boca afloro una palabra,

-Te quiero!!!


   Mis ojos sin perder de vista a los “pequeños” se clavaron en los tuyos y una sonrisa manó de mucho mas adentro que lo que mi expresión pudiera expresar.

Miramos el reloj y nos dimos cuenta de que ya era un poco tarde y había que volver hacia casa, la comida estaba echa y antes de que llegaran, una siesta no nos iría mal.

Como siempre Santiago era el primero en llegar, siempre le cambiábamos la llave de escondite, pero el siempre la encontraba y le decía a su hermana:

-Papa y Mama siempre cambian la llave pero si no esta aquí, la esconden aquí.

Ella con sus 3 añitos asentía a lo que el hermano le dijera sin entender nada, pero era tanta su complicidad que no hacia falta mas palabras que las que ellos se decían.

Ya dentro de casa y sentados en el jardín que tiempo atrás acogio nuestro banquete de boda nos dispusimos a comer.

Terminada la comida tu dulce voz me dijo.

-Túmbate un rato cariño!!!! Que yo me encargo de los niños y de preparar todo mi amor.

-Gracias cariño me voy a echar, avísame cuando lleguen. Niños portaros bien y ayudad a mama, papa se va a dormir la siesta. Os quiero hijos.

-Adios Papa!!!!! (Repitieron los tres a la vez)

Me levante de la mesa y antes de cruzar la puerta me gire y recorrí tu cuerpo de arriba bajo. Tu sonrisa sigue resplandeciente como aquel día en la playa cuando te vi por primera vez . Te guiño un ojo y me meto en casa.Tus lindos ojos me siguen hasta que me pierdo dentro de la casa. Caminando por el pasillo mi corazón brinca de alegría día tras día a tu lado.

Ya en la cama me tumbo y me dejo dormir poco a poco dejando mi mente en blanco y con unos tenues rayos de sol entrando por la ventana.

De repente me despierto sobresaltado miro a un lado y a otro, la cama se había echo mucho mas estrecha , nuestras fotos y las de los niños habían desaparecido, donde dejabas tus libros por la noche una botella de Ron ocupa su lugar. Todo estaba oscuro, salgo al jardín y lo único que me encuentro es un balcón triste y con vistas a un patio de luces que arroja de todo menos luz.

Me paro me froto los ojos y me doy cuenta de que todo ha sido un sueño de algo que nunca sucedió pero que muchas veces alguien imagino.

Lagrimas de tristeza recorren mi rostro enjuto y demacrado y me vuelvo al catre para intentar recuperar mi sueño e intentar no despertar jamás de un sueño vivido una calida noche de verano.

De nuevo tumbado, vuelvo a cerrar los ojos y en un viejo aparato de música una canción sigue sonando una y otra vez martilleando en mi cabeza el mismo estribillo.

-Sin ti, no hay clemencia en mi dolor, es inútil vivir como inútil será el quererte olvidar………………

Al fin duermo, la ventana esta cerrada, hoy al igual que ayer no hay luz en la ventana.